ANDAMARCA
Parece que muy cerca
siento el inigualable sonido
de la catarata inquieta . . .
que como lluvia de perlas
derrama torrentes de paz
sobre todo el planeta.
La calma despierta
fulgor de astors vibrantes
que simula perderse a los lejos,
sobre el polvo que holla los pies
del incansable hombre de los andenes.
A travès de las gotas de lluvia
que rebalan sobre los andenes . . .
siento los Apus como que vigilan
su papa, haba y maiz que brillan
bajo el suelo que sonrìe transparente.
Cuando miro el diàfano azul del cielo . . .
el corazòn me dicta que Andamarca
es làgrima y ternura infinita.
que rìe y florece en el llanto seco
y suspira, tambien, con el tiempo.
Parece que muy cerca
siento el inigualable sonido
de la catarata inquieta . . .
que como lluvia de perlas
derrama torrentes de paz
sobre todo el planeta.
La calma despierta
fulgor de astors vibrantes
que simula perderse a los lejos,
sobre el polvo que holla los pies
del incansable hombre de los andenes.
A travès de las gotas de lluvia
que rebalan sobre los andenes . . .
siento los Apus como que vigilan
su papa, haba y maiz que brillan
bajo el suelo que sonrìe transparente.
Cuando miro el diàfano azul del cielo . . .
el corazòn me dicta que Andamarca
es làgrima y ternura infinita.
que rìe y florece en el llanto seco
y suspira, tambien, con el tiempo.
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